jueves, 29 de agosto de 2013

En -no- fin.

Van a hacer tres meses desde el primer Doglib, entre todas esas horas le han sucedido variopintas situaciones que vienen a la memoria en periodos de mirar hacia la ventana, sobre todo al atardecer.
Empieza a hacer frío y con apenas una chaqueta colgada, pienso. Sin mesura ni censura mi mente viaja entre esos recuerdos que por alguna razón hace no mucho me parecían ajenos y desconcertantes, pero ahora todo se muestra indiferente.
La incertidumbre, las horas sin dormir, la innumerables canciones que hacen de banda sonora a esta etapa, no sé.
No necesito endulzar un recuerdo amargo que ha sido más que asimilado, tampoco atormentarme con las acciones ajenas ni las circunstancias. Ahora, más que antes, no menos que en un futuro me encuentro en mi hogar. Abstraida de las circunstancias, pensando menos (con mayor calidad de causa) y actuando más.
'Nadie dijo que fuese fácil' es una frase típica aunque incierta, depende tan sólo de una persona.
Yo me mi conmigo como proverbio personal, sin confundir el egoísmo con algo vil y sórdido.
En alegoría a todas mis experiencias pasadas, presentes y futuras, el esfuerzo que realice ha de ser autocompensado.

A tres meses del primer Doglib y a tres días de callar tan sólo con mis actos aquellas bocas cochambrosas que intentaron profanar mi entereza mental y nunca lo consiguieron.