Iba a escribirte como de costumbre, pero no estabas.
Eras la luz de mi sendero, pero no brillabas.
Fingías que no dolía, pero no llegaba.
Decías que eras mía pero no te amaba.
Maldecía en cada esquina que no estaba.
Lucía más bonita cuando me quemaba.
Socorría mis demonios con una llamada.
Pero ahora concurría todo en una farsa.
Saludos de despedida con salsa.
Maldiciones al punto con marcha.
Salseo pelotudo en cancha.
Mamoneo del oscuro en barra.