En la vereda de la espera,
Dolor de cabeza sin ceguera,
Una forma sutil no era.
Cabe la posibilidad de verla.
Corre fugaz el viento,
Que amanece sin aliento,
Llegando el pasto,
Mastique si está harto.
Confusa la cuestión,
Innecesaria presión.
No juegue a ser vidente,
Si está estresado del corazón.
Y con ríos y veredas nuevas,
Sin saber lo que espera,
Más todo es bendición,
Con la luna nueva.