Sentía como cada uno de mis músculos se contraía y a la vez temblaba, como una simple respiración hacía que mi garganta ardiese, y como un mínimo movimiento podría hacerme caer.
No quiero volver a ese estado trucado de mi mente, a ese conjunto de sensaciones inmundas que me hacían sentirme desvanecer. No quiero; No.
El tiempo es la carta de doble filo más dura que entra en cada jugada que intentes hacer; mi mano se estremece y de repente sucumbe ante tanta incertidumbre, pero lo voy a intentar, una vez más; por mi.
Nadie sostendrá mi mano cuando yo me vaya, ni siquiera intentará detenerme cuando de ese primer paso hacia un futuro entre niebla. Nadie curará las heridas que este fuego ha dejado, pero cuando yo sople y resurja de las cenizas, aquella pluma volverá a recorrer infinitas corrientes y nadie podrá detenerla.
A veces necesitamos parar por el camino y admitir que nos equivocamos de dirección en aquel cruce, pero nunca es tarde para retroceder y tomar impulso hacia ese lugar, y algún día podré decir con orgullo que tras haber andado, haber rodado e incluso volcado, llegué a mi meta sin haberme arrodillado.
![]() |
Llegaré |