sábado, 30 de agosto de 2014

Emptiness

Cuando empanada tenía una imagen en mi cabeza, sentí algo que no sabía de dónde ha salido y sin embargo en pocos instantes descubrí un maullido desconocido. Volvió a haber silencio pero cuando me dispuse a marchar tras haber afinado el oído, allí, bajo mis pies se encontraban entre ramas dos pequeños seres anaranjados los cuales vi ya que uno de ellos se aventuró a salir de la oscuridad de aquellas hojas tupidas.
Dos preciosas gatas, abandonadas a su suerte ante la posibilidad de cualquier destino incierto, pero yo las encontré. Y como no podía ser distinto mis ideales morales hicieron que no me importunase lo más mínimo el hecho de tener que ir a clase en ese momento, las cogí, arropé, alimenté y las deje al cuidado de las encantadoras conserjes que había en mi centro este año.
Al volver había una marabunta en conserjería llena de caras curiosas enamorándose de los gatos. Una fue adoptada por una profesora al capricho de su hijo pequeño que quedó encandilado y yo decidí quedarme con la que no tenía miedo al fuego. Así comenzó mi etapa como madre, teniendo al fin la autoridad y capacidad de educar un ser vivo sin impertinencias ajenas de desvariados mentales.
Creció, jugó, aprendió, era una gata encantadora de la cual única queja que puedo tener eran sus afilados dientes que de vez en cuando se excedía a usar mientras jugaba.
Recibí varias amenazas, pero no pensé que fuesen a tener el valor; estúpida fui.
Anoche Mohari, así la llamé, desapareció.
Y no puedo más que tras haber buscado, preguntado y pensado en mil explicaciones tener esta sensación de rabia y angustia al verme impotente y no haber impedido el destino incierto en el que se encuentra del que yo misma la quise proteger: la calle... Quién haya osado a tomarla más vale que la cuide, puesto que como sea consciente que haya sufrido algún daño no tardarán en empezar a rodar cabezas.
No tengo tiempo para perderlo con discusiones, solo espero que en el caso de que no apareciese no le pase nada.
En caso de verla o tener cualquier información no dudes en ponerte en contacto conmigo (Lara) por cualquiera de mis redes sociales.
@Biludyrst

domingo, 17 de agosto de 2014

¡Cuidado! Si defiendes tu libertad estás loco. Fdo: la sociedad.

Te sonará frases aludiendo a estar 'en pleno siglo XXI', refiriéndose al avance tecnológico y cultural de nuestra sociedad, yo opino que les den, bien fuerte y con un palo por detrás.
No me importa usar lenguaje que pueda resultar soez, así cuando no hace falta rebuscar para encontrar innumerables casos de víctimas de violencia de género, hasta asesinadas, maltratadas al extremo psicológicamente hasta que dudan de ellas mismas, la reacción de muchos restando valor a lo que han pasado, evitando que denuncien, tomándolas incluso por 'locas'. Han pasados los años pero los vestigios de una mentalidad retrógrada machista y que justifica la violencia perdura.

¿EN QUÉ CLASE DE MONSTRUOS MORALES CIEGOS NOS HEMOS CONVERTIDO?
Y no soy la única harta de esto, y el problema es la mentalidad de la sociedad. En países menos desarrollados, las víctimas pierden hasta su condición de persona, siendo tratadas como un residente de psiquiátrico; ah, y en el 'primer mundo' es todavía peor, porque la población se camufla en un velo entre falsa tolerancia y omisión de los hechos.
Situaciones que se viven día a día, como una mujer violada que acude a alguien cercano a ella y el pensamiento de este es 'que seguramente iría provocando' o un niño al que sus padres le machacan diariamente tanto psicológicamente como con agresiones físicas 'que se lo habrá buscado' o 'algo habrá hecho'.
ES INADMISIBLE.
Es patético como si una persona se atreve a anteponerse a su agresor y denunciarlo esta se tiene que enfrentar a miles de trabas para ya no solo demostrar los hechos, además,  ingentes cantidades de papeleo, constantes desvalorización de su testimonio, consideraciones hacia esta como mentirosa, victimista o queriendo ser foco de atenciones.
No sé en qué mentes retorcidas cabe que una muestra sincera de sufrimiento y compartir una experiencia tan dolorosa se motivo inclusive de burla.
APAGA Y VÁMONOS, aquí no quedan cerebros sanos.