viernes, 11 de septiembre de 2015

Atardecer y que esté.

Única, no te maltrates:
Comenzar una travesía que embriaga solo con su fragancia al despertar y acercarme a un acertijo cubierto de alas donde ya no hay polvo que envenene. 
Desvanecerse en el instante.
Saborear al momento más anhelado;cómo de forma inesperada se abrió paso entre puertas, ventanas, andenes, carreteras y otros desastres antinaturales para suceder.
Porque tú eres luz, no te cambiaría. 
Del brillo al ver pasarte las estaciones en una brisa que estremece, intriga su tacto invisible.

Me encantas.