Voy a entrar en reflexión; vamos, en plural si te animas a leer esto, claro.
Un día 15: la mitad de un mes.
Casi la mitad en algunos para ser exactos, aún así simbolizando lo mismo: todavía queda la mitad del camino para terminar (al menos, un mes).
Simbolicemos el cambio ¿Como? Destrozando la comodidad.
Échate las manos a la cabeza si eres un pensador bastante vago, lo sé, puede que mover el trasero sea una tarea bastante difícil en ese horario de procrastinación que sí que llevas al día, pero...
¿Qué pasa con esas locas ideas a realizar?
¿Dónde perdiste tus ganas de volar?
¿Por qué has dejado de retarte?
Intenta contestar a esas preguntas y probablemente te des cuenta que las respuestas dadas han estado plagadas de excusas. ¿Ya basta, no?
El aliento puede que se quede corto con tanto tiempo aún por respirar. Tranquilidad, ilógica lógica (para todos los gustos, que cada uno elija lo suyo) y acción.
"Me quedo en una orilla y los demás a remar que ya estoy cansado de tanta ola." Buen razonamiento, momentáneamente pues ¿qué harás cuando la calma te canse?
Suerte.