lunes, 20 de marzo de 2017

Quien protege la agresión es partícipe.

Hoy voy a escribir algo más seria, porque vengo a compartir una situación presenciada esta mañana.
Una día en el que una chica se levanta y al salir al jardín ve a quien le estuvo reventando a palos durante años, dicho sin tapujos, no valiendo con haberla destrozado y haber sido denunciado, vuelve.
A su barrio, a plantarse delante de su casa ¿para qué? ¿No ha tenido suficiente con todas esas agresiones? ¿Con perseguirla cuando se mudó a otro sitio? ¿Con la denuncia? ¿El juicio? ¿Las visitas de la policía?¿Lo que dictaminó el juez? ¿La orden de alejamiento?
¿Es que no vale?

Bien, la reacción de la chica ha sido grabarlo y acto seguido decir " Nombre-completo-del-agresor estás incumpliendo una orden de alejamiento, vete de aquí "
Y no habiendo surtido efecto (para variar y ya expuesta ella) tiene que llamar a la policía.
Así que esta dice en voz alta los motivos por los que el individuo tiene esta orden y que no le da lástima un maltratador, vuelve a repetir su nombre y que no puede estar ahí.

Hasta que viene la patrulla aparecen dos vecinas a decirle a la chica que se calle.
Dos mujeres, una diciendo: 'A mi también me han pegado seguro que más y no montaba este escándalo.'

A lo que la chica respondió: "Que a ti te hayan pegado y decidas callarte no es asunto mío. Que tu toleras que te peguen pues vale porque yo no."

La mujer número dos interviene:
'Deberías de callarte porque a nadie le importa. (... Acompañado de detalles personales de la vida a la chica y acusándole de fumar porros.)

Atónita responde: "Me parece increíble que estéis queriendo sileciar una protesta contra el maltrato. Y ya veo que tanto os creéis saber para no improtaros."

La policía llegó, las vecinas que se habían ido salieron a husmear y la chica tuvo que aportar documentación y hablar con la policía; estos le dijeron al susodicho individuo que no podía estar ahí ni volver.

Anonadada estoy.
No era la primera vez que él volvía.