Acertijos con suculentos momentos cerca a un ataúd.
Las cosas que quiero decir y no alcanzo, así, me atraganto.
Como ahora es el momento no sé si ya no espero lo que anhelo.
Lo he creado sin darme cuenta, la brisa va sin prisas.
A mi está vez me calma, pero no sacia.
Estoy tranquila pues mi mirada al final me hará la gracia.
No puedo ocultar lo que siento frente a tus ojos llenos de magia.
Aunque si pienso en tu viento todo se hace más grotesco,
cuando quiero regalarte un buen momento.
Y es la ruta la que grita que no soltemos el timón.
A pesar de nuestros mares nos seguimos la corriente.
La caricia del fuego que eres tú al mirar.
Ese sonido que haces cuando quieres saber que es real.
Cada instante de tu risa que me sana una parte de mi,
que no sabía que tenía rota.
He encontrado en ti ese amor que no imaginé que seguía existiendo.
Algún día puede que te lea, que a través de mis latidos anda el tuyo.
No soy muy de decir lo que siento, sino más bien dejarlo ver.
Vida, concédenos este brindis.