Esa forma tonta de devolverme el ánimo.
La inspiración a poder andar a cualquier parte.
No poder sacar una sonrisa en mi cara.
El incesante trabajo por escapar,
Y cuanto más me aplico más me aprieta.
No importa las lágrimas que derrame,
Serán peldaños hacia mi salida.
Esa visión borrosa causada por presionar.
Y qué, que más da, si es solo un momento.
Vuelvo a mi y presiento que la lección es,
Sigue adelante, tú no quieres esto.
Craso error el de machacarme.
Y no parar a recordar, que ya pude otras veces,
Esta no será igual.
Aprendo y gano claridad, veo piel a mudar.
Confianza en el proceso y ante la crueldad quedar ileso. No se puede tener preso a quien es libre en su alma.
Jamás torcerá mi voluntad, de ver que la vida, no es tan horrible como la quieren pintar.
Que me cuido y valoro, más que un tesoro.
Humildemente sigo aprendiendo.
A respetar lo que siento.
Con la vista puesta en el presente, haciendo de esta pesadilla un capítulo de comedia, donde guardo en mi silencio el brillo que calzo.
Es hora de cambiar la narrativa.
Estoy a salvo, no te preocupes alma mía.