lunes, 19 de mayo de 2025

Ironía Social

 Llama a una puerta cerrada,

Quién mismo quiso que no cruzara.

La gracia del retorno,

Cuando uno no puede ser controlado.

La paz de encontrarse,

Fuera de aquellos desastres.

Demonios que piden una llave,

Que ellos mismos tiraron.

Sofocantes en su enclave,

Por todo lo que odiaron.

La persecución de la luz ajena,

Como entretenimiento,

Lleva al más puro sufrimiento,

Como si su vida no valiera la pena.

Querer intercambiar los destinos,

Que ni siquiera le cabrían,

Dejar ir a todos los caminos,

De los que nunca salían.

Cuando el viaje es hacia dentro,

Pero fuera se refleja,

Nadie puede copiar,

Ya que se trata de adentro.

Sin navegar por sus suposiciones,

Críticas, juicios y maldiciones,

La mirada cretina hacía lo desconocido,

Eligiendo no ver su propio destino.

Compasión para aquellos que eligen mal,

Sin saber que en sus manos está,

Pero reconocer las propuestas fatal,

Requiere de cierto coraje,

Que no todos deciden afrontar.

Querer ser visto por algo que no son,

Traicionando a su esencia interior.

Tal es el descontrol, 

Que no entiende de algo mejor.

El poder de la observación sin suposición.

La cremallera a lo aceptado sin razón.

Valores incorporados por una sociedad,

En la que ni cuestiona su autodestrucción.

La cruda verdad adulterada,

Del libre albedrío,

Creyendo como decisiones,

Patrones que no tienen sentido.

La gratitud parece inexistente,

El silencio es la paz más preciada,

Cuando en su mente,

Hay una guerra nunca parada.

Donde la dignidad se mide por aceptación,

De un grupo corrupto de moral,

Anteponiendo falsos valores,

Dejando vacíos los corazones.