Tal vez y sólo tal vez esperases
encontrar entre este esbozo de palabras canalizado alguno de mis
sentimientos pero, no.
Inerte, los sonidos se aglomeran en mi
tímpano hasta querer hacerme ensordecer, mientras sin sorprender hay
algo ardiendo cerca de mis labios, en ese preciso instante cuando
todo calla y mi mente queda vacía.
Van sumándose las colillas caídas al
cristal que reflejó durante unos instantes el recuerdo de gloria que
entonces prevalecía, ese orgullo expirado con el humo fundiéndose
con el aire hasta desaparecer, no sin antes dejar huella en nuestro
interior; y en este caso en frío.
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It. |
Frías, así son las mañanas aunque
sucedan a ardientes noches, no son más que gestos y actos, palabras
como bien he dicho, vacías; como el culo del vaso que acabó
precipitándose contra el suelo más de una noche y sobre todo el
aliento mudo que calló su causa. He divagado entre estos pasadizos
incontables ocasiones a lo largo de mi vida y no he sacado más que
alguna premisa enriquecedora, no a nivel económico sino interno...
Así pues las horas que se escapan en mis pestañeos y la carcajada
psicológica que me inunda sin avisar es lo que me queda, algo.
Me pregunto si la automotivación que
profeso es el motivo de mi dicha en desequilibrio, las respuestas no
vienen a mi mente, es confuso e intrigante, contradictorio y pesado.