Cuán intensos son los momentos de la espera y que grandiosa la sensación del reencuentro, pero no más que la de un sentimiento mutuo aunque tan sólo sea ilusión. No hablemos de amor, sintámoslo. Es magia.
Vuelve a mi cada día con toda la luz que desprendes, con tu mirar indecente, con una sonrisa picante y una mente acompañando al corazón que lo siente.
Dejemos la lógica pues no hay razón para sentir, llamémosle química o cosas del fluir pero yo no puedo estar sin ti.
Y quiero que me leas. Eso, ya es decir.