El humano quiere conexión,
Olvidando la raíz de la misión.
Sentir es una via de doble sentido,
Donde se pierde más allá del latido.
Frío y áspero ventanal,
Donde se dibujan sombras,
Y antes había paz.
Cual es la brecha de la desventura,
Pregunto y nadie me apura.
Compañera soledad,
Cuánto tiempo estuviste,
Cuánto tiempo estarás.
Pues solo esta sabe de mi,
Más que cualquier viviente.
El mayor abrazo al despertarme,
De esa tiniebla que intenta apagarme,
Sin saber que el hielo el fuego no puede quemar.
Pita un oído, pues me avisa,
Que no es de buen augurio esa vista.
Es de dos reunirse,
Y qué si la maleta queda hueca.
No me pidan la receta.
La confianza se siembra,
Sin eso no se recolecta.
Que dubitativo el ser humano,
Que sin dudarlo, suelta la mano.
Contemplando un vacío,
Que como bien es sabido,
Este te mira a ti.
Y cuanto más lo haces,
Se expande así.
Una señal a mi veda,
Que no veo, que me espera.
Todo bien, a su manera.
Que ridícula la frontera,
Entre la memoria y la hoguera.
Caminante, levanta la bandera,
Que en los horizontes,
Lo mejor está de veras,
¿Cómo? ¿No saber?
Cierto, es al revés.
Pues sí tu mirar no da,
Has de dar un paso sin más.
Tan solo así, a ciegas,
La senda se abrirá.
2/02/2025