Cuando es clara la visión,
Se alinea todo ante ella.
Tan solo parece difusa,
Cuando aparece la duda.
Senderos hacia el omen,
Dejando el desdén.
Abrazando la incertidumbre,
Como parte del pastel.
La cuerda que presiona,
No es la soñadora,
Pues que banalidad,
Llamar a una limitación realidad.
Contra todo pronóstico,
He de informarles,
De un hecho insólito.
Amanece despierta un día más,
Una persona que la muerte pudo escapar.
Y no hablamos de lo físico,
Sino de la muerte espiritual.
Algunos llamarían a esto, azar.
Pero es bien sentido,
Haber renacido.
Quemando las huellas,
De aquel navío perdido.
Los reflejos contemporáneos,
De ilusiones de antaño,
Engañando la intuición,
Creando una neblina,
Donde latía el corazón,
Sustancias que eliminan,
De todo rastro de mejoría,
Cegando al usuario,
En una triste monotonía.
Salir de la decadencia,
No es por una autovía.
Entresijos de nuevas carreteras,
Que se constituyen día a día.
Cuando por fin uno avanza,
Algunos aclaman que,
La construcción fue finalizada,
Este es el principio de no ser.
Pues la creatividad,
Es un ejercicio diario.
No es exonerario,
De cultivar serenidad.
Nunca echar de menos,
Una vida que enterrar.
Abriendo los sentidos,
A un nuevo despertar.