martes, 25 de noviembre de 2014

All is said...

domingo, 23 de noviembre de 2014

A cat in Dogtown

Without a clear purpose Cat drove all her stuff to an unknown place before she managed to find other way around the uncertainty path she was following; there was this cabin.
In the last few months the strings holding her feelings got cut out by an evil, pretending to be an angel offering aparently new posibilities of lifestyle that finally drove her to the board of the road she used to follow, with no cash or hope. Later she turned and kept walking with no sure direction.

After all the pain she locked inside, Cat just snuggled between the infinite doubts of the sheets envolving her, sweating and wondering what will come for her, if ever a great soul was going to take her hand and make her smile again with no reason; wishing, melting in stucked emotions and baking them in to a cake than later they will eat.

Dogtown is a state of mind where everyone around you seems to be faking, against you, with big barks and small bites they pretend to coerce you with groundless thoughts about you and those who matter, trying to convice you that you're wrong and only if you don't wobble you will be able to get over that kind of dirty scumbag manipulations in their said words.

Then, all around this mess: Where is her going to find another cat-soul that fits? Getting lost.
If you try to search for  good thing they run away from you, but if you are conscious and constant with your head moral values in and act like you really think you should, the good will come and take you between it's uncertainty arms and kiss you with faith on the front, showing you the strenght and peace you have that you never thought owned.
It's a desire I hate, desiring to feel, feeling how it's like to be truly happy and satisfied close to someone; but otherwise, if I couldn't  dream, I wouldn't wish to be alive.
Artist: Eduardo Paolozzi

jueves, 20 de noviembre de 2014

Dame paz y entraré en caos.

A un sin fin de cosas me refiero, y digo, sin fin por no contar; se adhieren pensamientos rocambolescos que no por más fingir serán inocuos y van adentrándose en mi córtex, mimetizando las ideas.
En situaciones de extremo estrés la vitalidad que emanan mis funciones fisiológicas es más que evidente, fuera de suspiros y con mucha guerra por dar se tensan los órganos hasta fulminar las tareas enemigas que se contraponen a nuestro tiempo ocioso tan anhelado durante los días de rutina y más en pleno esperpento de este siglo. Pero ahí se sigue, alzado en pie a cada amanecer para no perder detalle del quiénsabe nos espera en las horas futuras.
Y allá en contraposición un estado anímico diferente y ya no tan inusual, hallado repitiéndose en sigilo: el caos sumido en la nada. En efecto.

Y aún teniendo la caja de herramientas en regla y un mullido habitáculo nuevo donde dormir: las heridas ya cerradas comienzan a escupir, los nervios se escapan de esa jaula impuesta llamada 'racionalidad' y ni tan siquiera una comida de gourmet puede paliar el temblor interno que subyace la dermis.
Con esto mi almohada parece roída y pestilente. Un vacío mayor que del O2 en vaso, una brisa malnacida que congela todo rastro de calor posible y paraliza como mil semáforos no serían capaz.
¡Dios! Entre tanto colorido ya no sé por donde cruzar, me nubla la vista como si de epilepsia se tratase y al borde de cualquier acera las dudas ni corroen, simplemente estamos tiesos, parados, inertes (...) voyeurs sin horario que procesan y repasan imágenes para tratar de encontrar algo capaz de ser tocado.

Sumida en la languidez de mis quehaceres mato los instantes con balas verdes de humo blanco, auscultando está cavidad hueca que tengo por pecho donde resuenan los por y para a temporales. 

There's no heartbit

martes, 16 de septiembre de 2014

¿Y si echas a correr?

No detrás de alguien, ni un sueño inalcanzable lleno de falsas premisas que no tardarán en ser rotas. Huye de la monotonía de los '¿Qué hago?', 'No puedo con esto', '¿Y si hubiese..?. NO, Dejarte llevar por estos malsanos pensamientos no te dirigirá a un lugar nuevo, puesto que cometiendo los mismos errores es seguro el retorno al pozo.
Es hora de trepar.
Sé que tienes los pies descalzos, que apenas te queda apetito puesto que tu estómago está comprimido como helado llevas guardado el corazón, pero, ¿Qué tal si echas la vista atrás y te das cuenta de que no eres un vagabundo sin rumbo, sino el propio mapa de tu ruta? En efecto.
Así es querido humano, es así como recuerdas las últimas horas de tu liturgia veraniega: exhausto, con gotas frías recorriendo el cuerpo, el sombrero roto y los agujeros de los zapatos ahuecándose a cada paso cuando aún es imposible vislumbrar la meta con claridad y los pensamientos al respecto se tornan grisáceos y oscuros. Pero sin un calendario fijo y un reloj destartalado el tiempo pasa más rápido y ante esta adversidad continua nos fue favorable ¿o no? Pésimo realista sois si hasta al más dulce elixir le sacáis pega, puesto que la realidad también implica en sí misma placeres.
Duro y seco como el viento, en una tórrida tormenta inesperada de verano se presenta Septiembre; humedeciendo cada rincón de las calles ya abrasadas antes, que se rinden al fluir de tal refrescante proceso hidráulico.
Venga a mi esta tormenta, que a través de mi ventana observo y al salir mis pies a calzado con barro y algunas hojas; vino esta para decirme que debo apagar la hoguera donde se firmó tal venganza que estaba fundiendo cada una de mis bengalas. Y desde la oscuridad de una noche sin cerillas hasta esta lluviosa tarde, mis ojos divagan con vehemencia, pues a estos solo les queda reposar.

sábado, 30 de agosto de 2014

Emptiness

Cuando empanada tenía una imagen en mi cabeza, sentí algo que no sabía de dónde ha salido y sin embargo en pocos instantes descubrí un maullido desconocido. Volvió a haber silencio pero cuando me dispuse a marchar tras haber afinado el oído, allí, bajo mis pies se encontraban entre ramas dos pequeños seres anaranjados los cuales vi ya que uno de ellos se aventuró a salir de la oscuridad de aquellas hojas tupidas.
Dos preciosas gatas, abandonadas a su suerte ante la posibilidad de cualquier destino incierto, pero yo las encontré. Y como no podía ser distinto mis ideales morales hicieron que no me importunase lo más mínimo el hecho de tener que ir a clase en ese momento, las cogí, arropé, alimenté y las deje al cuidado de las encantadoras conserjes que había en mi centro este año.
Al volver había una marabunta en conserjería llena de caras curiosas enamorándose de los gatos. Una fue adoptada por una profesora al capricho de su hijo pequeño que quedó encandilado y yo decidí quedarme con la que no tenía miedo al fuego. Así comenzó mi etapa como madre, teniendo al fin la autoridad y capacidad de educar un ser vivo sin impertinencias ajenas de desvariados mentales.
Creció, jugó, aprendió, era una gata encantadora de la cual única queja que puedo tener eran sus afilados dientes que de vez en cuando se excedía a usar mientras jugaba.
Recibí varias amenazas, pero no pensé que fuesen a tener el valor; estúpida fui.
Anoche Mohari, así la llamé, desapareció.
Y no puedo más que tras haber buscado, preguntado y pensado en mil explicaciones tener esta sensación de rabia y angustia al verme impotente y no haber impedido el destino incierto en el que se encuentra del que yo misma la quise proteger: la calle... Quién haya osado a tomarla más vale que la cuide, puesto que como sea consciente que haya sufrido algún daño no tardarán en empezar a rodar cabezas.
No tengo tiempo para perderlo con discusiones, solo espero que en el caso de que no apareciese no le pase nada.
En caso de verla o tener cualquier información no dudes en ponerte en contacto conmigo (Lara) por cualquiera de mis redes sociales.
@Biludyrst

domingo, 17 de agosto de 2014

¡Cuidado! Si defiendes tu libertad estás loco. Fdo: la sociedad.

Te sonará frases aludiendo a estar 'en pleno siglo XXI', refiriéndose al avance tecnológico y cultural de nuestra sociedad, yo opino que les den, bien fuerte y con un palo por detrás.
No me importa usar lenguaje que pueda resultar soez, así cuando no hace falta rebuscar para encontrar innumerables casos de víctimas de violencia de género, hasta asesinadas, maltratadas al extremo psicológicamente hasta que dudan de ellas mismas, la reacción de muchos restando valor a lo que han pasado, evitando que denuncien, tomándolas incluso por 'locas'. Han pasados los años pero los vestigios de una mentalidad retrógrada machista y que justifica la violencia perdura.

¿EN QUÉ CLASE DE MONSTRUOS MORALES CIEGOS NOS HEMOS CONVERTIDO?
Y no soy la única harta de esto, y el problema es la mentalidad de la sociedad. En países menos desarrollados, las víctimas pierden hasta su condición de persona, siendo tratadas como un residente de psiquiátrico; ah, y en el 'primer mundo' es todavía peor, porque la población se camufla en un velo entre falsa tolerancia y omisión de los hechos.
Situaciones que se viven día a día, como una mujer violada que acude a alguien cercano a ella y el pensamiento de este es 'que seguramente iría provocando' o un niño al que sus padres le machacan diariamente tanto psicológicamente como con agresiones físicas 'que se lo habrá buscado' o 'algo habrá hecho'.
ES INADMISIBLE.
Es patético como si una persona se atreve a anteponerse a su agresor y denunciarlo esta se tiene que enfrentar a miles de trabas para ya no solo demostrar los hechos, además,  ingentes cantidades de papeleo, constantes desvalorización de su testimonio, consideraciones hacia esta como mentirosa, victimista o queriendo ser foco de atenciones.
No sé en qué mentes retorcidas cabe que una muestra sincera de sufrimiento y compartir una experiencia tan dolorosa se motivo inclusive de burla.
APAGA Y VÁMONOS, aquí no quedan cerebros sanos.

martes, 29 de julio de 2014

101 Errores

Hay sentimientos encontrados en más de una acera, al borde de comenzar un altercado sin posible  final cercano y mucho menos próspero; agotando así nuestras energías, palideciendo nuestros rostros hasta el punto de no distinguir en el espejo más que una sombra de lo que un día fuimos.
Las ojeras se alargan cada noche hasta parecer tirolinas por las que se deslizan horas interminables de insomnio, echando de nuestro lado el tan merecido descanso que va haciendo mella con su ausencia. El sueño se convierte en tortura, perdido el balance de nuestra narcosis  la hipersomnia  aparece cuando entre tanto desgaste se llega al mínimo de batería y simplemente sin tiempo para bostezos, nos desplomamos.

Y al despertar la fatiga es incluso mayor. La larga cabellera decreciente en mi cabeza,  perdiendo densidad y brillo al igual que el resto del conjunto fisiológico que me envuelve es una clara muestra de la decadencia general que está produciéndose. Uñas translúcidas, manchas y cicatrices en la piel que no espero desaparezcan se suman a esta velada de quejas sobre mi aspecto.
Afecto y comprensión juntos conforman el anhelo perenne grabado de forma flemática, y no por ello menos desgarradora, en las oquedades internas sin aparente mitigación próxima.

Ve y lee tantos textos de auto-ayuda  como consejos desees, pues todos ellos acaban en una degustación amarga  que no servirá más que para reafirmar el hecho de que sí, estás hundido. Intentas levantarte pero ves que no existe un sostén emocional con la forma correcta y que siempre va a quedar un vacío dentro cuya única forma de colmar son parches  temporales.

Podrido ese último remiendo, volvemos al punto de partida. Aquí, con el fracaso por detrás en forma de recuerdo y delante con absurdas expectativas el miedo se rompe en mil pedazos cuando ya no te importa nada, entonces encontrarás la tilde que faltaba para transformar los 'y si' de ser cuestión a enunciación afirmativa.
Y Sí.


miércoles, 26 de marzo de 2014

Érase eso.

Tal vez y sólo tal vez esperases encontrar entre este esbozo de palabras canalizado alguno de mis sentimientos pero, no.
Inerte, los sonidos se aglomeran en mi tímpano hasta querer hacerme ensordecer, mientras sin sorprender hay algo ardiendo cerca de mis labios, en ese preciso instante cuando todo calla y mi mente queda vacía.
Van sumándose las colillas caídas al cristal que reflejó durante unos instantes el recuerdo de gloria que entonces prevalecía, ese orgullo expirado con el humo fundiéndose con el aire hasta desaparecer, no sin antes dejar huella en nuestro interior; y en este caso en frío.

It.
Frías, así son las mañanas aunque sucedan a ardientes noches, no son más que gestos y actos, palabras como bien he dicho, vacías; como el culo del vaso que acabó precipitándose contra el suelo más de una noche y sobre todo el aliento mudo que calló su causa. He divagado entre estos pasadizos incontables ocasiones a lo largo de mi vida y no he sacado más que alguna premisa enriquecedora, no a nivel económico sino interno... Así pues las horas que se escapan en mis pestañeos y la carcajada psicológica que me inunda sin avisar es lo que me queda, algo.

Me pregunto si la automotivación que profeso es el motivo de mi dicha en desequilibrio, las respuestas no vienen a mi mente, es confuso e intrigante, contradictorio y pesado.