martes, 4 de octubre de 2016

Efímero yo.

Con unos cuantos pesos la mierda se abre de patas y de puta la tachan y es que joder vaya calumnias presenta la vida a nuestras espaldas. Necesito un poco de silencio y dejar que no me afecte que me ataquen.
No me compares porque ya he visto tantos ñordos y de frente que esta peste la detecto desde lejos.
Estoy cansada de tanto lastre, me pesa la espalda después de cada desastre.

Se fueron los colores y llegaron los grises como decía un rapero un tanto ajeno a la multitud.
Las frases hechas me dejaron los oídos con sordera, porque envenenan, me alteran, me desesperan.
Necesito cubrirme de poder a mimos y besos, sin excesos más que los de tus senos y despertar.
Dejar atrás una pesadilla que me condena a soñar que ojalá pudiera estar despierto cuando abro los ojos.
Paso del trance al estanque, del grito al desplante.
Ayer me dijeron cínica por decir que las personas con esquizofrenia son más felices dado que pueden hacerse cosquillas a sí mismas. Oh, lo que admiro yo a las personas con problemas mentales no se sabe.
Puedo hacer que rime lo que digo o que caiga en el olvido pero sin embargo giro, retuerzo palabras de amor, me condena que quieran decir que no se lo que quiero.