sábado, 13 de abril de 2013

Buenos aires

Los días corren como la cerveza en mi garganta, como el humo traspasando pulmones.
Inundándome con energía para derribar estos barrotes que tantas oportunidades me han costado, vendando mis manos preparándome para este tercer asalto, sonriendo al mundo que no me ha derrotado.

A veces es necesario plantearse si realmente has vivido diez mil días o si has vivido diez mil veces el mismo día, bastante diría yo ya que si no nos paramos a pensar aunque sea tan sólo un momento no seríamos capaces de darnos cuenta de que nos hemos equivocado de dirección, de calle e incluso de rumbo.

A veces es necesario tumbarse en la hierba y mirar hacia arriba, observar cada rama del árbol y preguntarte como aguantan a todas las estaciones sin apenas magullarse, cómo resisten al viento, a los visitantes inoportunos y a cualquier otro infortunio.

A veces es necesario cerrar los ojos y recordar las experiencias pasadas desde un punto de vista neutro, objetivo y con vistas a nuevas aventuras, sin dejar que memorias inapropiadas nos alteren la conciencia.



A veces, es necesario respirar.
Sígueme