Con sencillez de un tejo liso,
Donde se desliza en improviso,
El cabello movido por el viento,
Así sin previo aviso.
La maravilla de la dulzura,
Acariciando la naturaleza,
Que con un soplo quita lo que pesa,
Y hasta uno puede sentir como le besa.
En el sonido de los pájaros cantando,
Reposar la cabeza entre ese encanto,
Volver a sentir como si andase descalzo,
Entre la brisa sentir ese abrazo.
Las señales que siguen vivas,
Donde eso que no se ve te cuida,
Descansar reposando en una caricia,
Que entre todo visita sin previa vista.
Saber que siempre te cuida el de arriba,
Que estés donde estés te acompaña en el viaje,
Entre la fortaleza y la delicadeza en su mira,
Pues no existe mayor homenaje.
Que la libertad de descansar sin perder el coraje,
Porque la fuerza en exceso aplica al desgaste,
Y entonces, sin más en el silencio se abre,
Otra manera de disfrutar el oleaje.
Diría que hay palabras que no suelto,
Pero eso solo lo sabe este, no hace falta el resto,
Explicar un corazón carece de afecto,
Pues sin nada dicho se aprecia desde dentro.