La columna de la penumbra,
Que no a todos alumbra,
Pues en el brillo hace la sombra,
Que a tantos otros asombra.
Saber o no es cuestión de gustos,
Encontrar la paz sin ser difuntos,
El amor que no se guarda,
Es el que calienta el alma.
Un cigarro y un mechero,
Aún con tinta en el lapicero,
Otro café para quitar el velo,
De medicaciones que es un agujero.
Sabremos entonces del sol,
Donde lo que se muestra es valor,
Hablar de la verdad individual,
Que no sea oculta por la sociedad.
Cuando se derrumba un puente,
Se hace más ilusorio
Lo que conecta a la gente
Entre el libre albedrío.
Separar las energías que son endebles,
Que no están más que para no verles,
Creando un velo en la belleza,
Donde a lo que pesa no se reza.
Entender toda la historia es engañoso,
Pues solo mirando en retrospectiva,
Se consigue lo que parece mañoso,
Y es cuestión de encontrar cada día.
La simplicidad del agua hervida,
Pues es la temperatura lo que hierve la vida,
Bajar el fuego a lo que está quemando,
A menos que en ello haya algo cocinando.
Las herramientas son para usarlas,
Para encontrar balance en la lancha,
Pues la velocidad no es guía,
Si no se sabe hacia donde se va.
Encuentra en ti las llaves,
Haz eso que no sabes,
Vuelve a contemplar portales,
Entiende que todo es merecedor de detalles.
El pensamiento desde el miedo es terroso,
A veces incluso hasta pantanoso,
Pero es cuestión de gracia al no hundirse,
Y echar raíces hacia lo que pediste.
Los planes del universo son mejores,
Cosas que un humano no comprende,
Y en no tener todas las respuestas entiende,
Que la confianza en no saber es como se siente.
Lo desconocido siempre asusta,
A quién no sale de su caja,
Pero entonces todo encaja,
Si uno opta por la vía no astuta.
La intuición de un perro guía,
Cuya naturaleza es pura,
No existe mala mía,
Todo cura.
Del espejo del alma inquieta,
Que sin títulos ni traje de chaqueta,
abre los oídos estando quieta,
respeto el oyente y el que hablar.
Tan sincero al Alba,
con llamadas de otro oleaje,
seguro en la incertidumbre del viaje,
sabiendo que nunca acaba.
La magia del arrebato sagrado,
donde la fiermeza es halago.
Bailando el agua de aquel naufragado,
sonríe al viento, pues todo ha sido dado.
Somnolienta y susurra,
la hora de lo que se cobra,
se desvanece en la penumbra,
Nunca naúfragos en tumba.
El abanico es más amplio,
De lo que este edificio guarda,
si salvar vidas fuera palabra,
la prosa sería igualarla.
Actuar recto, descansar,
pues la meta queda completa,
con el simple hecho de respirar,
para todo aquel que se comprometa.
A valores justos que emanan,
de saber que desde hoy empieza mañana,
y las emociones son visitantes,
que hay que abrazar y soltarlas.
Lo mejor llega sin aviso,
tranquilos aquellos indecisos.
Hay un plan para todo el que divisa,
la paz afuera en lo que guiso.
Paredes arañadas al abordaje
riéndose de lo que queda del traje.
Con la presión de las aficiones,
el dolor en los riñones.
Esperando que abran la puerta,
La que se cerró con la erronea tinta,
Las historias que nunca cuentan,
Y además lo que se intentan.
¿Acaso es eso el ingreso?
Medio dormida, insomne,
Cansada del teatro donde dormir,
Harta de toda falacia.
Una oleada de pensamientos difusos
El mío es el eterno que dibujo,
Cansado de incongruencias.
Entre Tanya y Manolo,
En el autobús después del bolo,
Cuentan que parezco,
No sé, yo sigo solo.
Una chica de 18 que quiere hacer su vida,
Aplastada por gusanos que solo tienen mierda encima,
La trabajadora con su hija escuchando,
La señora en la parada del autobús amenizando.
Entrar a un bar con una apariencia desaliñada,
Todas las miradas de gente amargada,
Sonríe el camarero con educación,
Voy al baño y me arreglo,
Viene a abrirme la puerta el que miraba con amargor.
Que dulce la contradicción,
Donde en un mundo de apariencias,
Se pierde todo el valor,
Al ver pagar todo cara de sorpresa,
Patéticos esclavos de ideas impresas.
Objetificando a las personas,
Por una vestimenta,
Sin saber a quién tienen delante,
La educación que no se comparte.
Me entra la risa entre tanto desastre,
El humor para salvarse del fiambre,
Presos de tratar mal a quien solo tiene arte,
Me enorgullece que no se parezca la historia.
A madurar las mentes de cobardes,
Que se endulzan con cualquier objeto brillante,
De la mugre hasta la sangre,
Las flores marchitas cargan sin pesambre.
Cuando la broma ya no es tan broma,
La amabilidad se convierte en incredulidad,
Quién no lee detrás de la locura,
En las sombras se perderá.
Reflexionando cambia la cara,
Reconocer su error ha sido lo que esperaba,
No te están coqueteando,
Te están diciendo, que no simules tanto.
Que no te dejes perder en los encantos,
Ni confundas una mirada por tanto.
Observando de cerca los que están,
Los que en la ruleta les salió azar,
La pierna que no se puede recuperar,
Por ayudar a alguien vulgar.
La prótesis que mi amigo ahora debe de llevar,
Y en su sonrisa lo que queda por avanzar,
El humor de confrontar algo fatal.
El dedo amputado por una puerta,
A quien decía quererla,
Ella centrándose en su negocio,
Y volver a tener una vida bella.
Problemas de corazón por tenerlo tan grande,
Por dar hasta a quienes nunca entendieron su hambre.
La depresión de alguien gigante,
Por la avaricia de muchos comandantes.
La perdida de la vista y el hospital,
Detrás de los camerinos de su fuerza vital,
Por ver siempre sufrimiento y empezar,
A escribir en su cuaderno y crear.
El encierro mental de un visionario,
Apagado por pequeñas mentes a diario,
Cuestionando si si mensaje era necesario,
Y seguir creando frecuencias a diario.
Los funerales innecesarios en la puerta,
De quienes no tuvieron la suerte,
De despertar en otra ocasión,
En toda esta ruleta.
La mente dice estate quieta,
Pero no se puede cuando el alma aprieta,
Del dolor sale el mensaje,
Nunca cargar con el lastre.
Si te quitan todo, todo se puede recuperar,
Pero la vida es una, y vinimos a sembrar,
Ninguna atrocidad puede parar,
A quien tiene luz en su interior y sabe dar.
Sí un infierno de palabras te consume
Y tu interior anda descalzo
Nota de nuevo la brisa
Miente quien me dice que no alcanzo
Quién cuestiona la intuición,
Se le amarga el corazón,
No es momento de extender la compasión
Del amor encarcelado
Que casi que lo han matado
Tantos años empapado
En mentiras con engaños
No lo recuerdas bien,
No sabes quién eres.
Te dicen, te murmuran,
De la cordura se asustan.
Te llamarán injusta,
Vil, puta y no astuta
Mentirosa, rencorosa,
Egoísta y una zorra
Me la sopla, quien me cobra
Los alientos de la memoria,
La vida robada a un simple hada,
Por una banda de manadas.
Pisan sueños,
Te hacen sentir pequeño,
Se creerán tu dueño,
Sí pones un límite eres un enfermo
Si consumes,
Ya hay excusa,
El maltrato,
Camuflado de adicta
De loca,
Que se sofoca,
De reconocer,
Que matarme era su obra
Que no tuvieron bastante,
Ni con la sangre,
Ni las palizas,
Ni la columna torcida puñetazos,
Ni el diente roto,
Ni con la violación,
Ni con las lágrimas de acero,
Ni con el paro cardíaco,
Ni con la amnesia,
Ni con el brote,
Ni inventándose para añadir diagnósticos,
Ni viéndome ahogándome en mi vómito,
Ni con el fallo pulmonar,
Ni con agravios
Que delirio,
Ser feliz es un agravio.
No hay género para la maldad.
Verdad solo hay una,
Mi historia la escribo yo.
El rugido es parte del eco,
Se caen las telas al suelo,
No quiero decirlo, me espero,
A qué me espero si es sincero.
La pausa en la escritura,
Sabía que había una pausa,
Ahí se nota donde está la gracia,
Evitar al amor es una falacia.
Con los ecos de descansar el ego,
Se nota la energía que crema en el suelo,
Cuando quieres dormir y pones peros,
Cuando pesa lo incómodo despacio.
Sí el ritmo lo impone la fantasie,
Dejar ir lo que ya viví,
Sí la mente es consciente es amiga,
Pero no me hables de lo que no siga.
Que me dices entonces mira,
Yo ya me he cansado de estar en ira,
Pues el peso de lo que todo transpira,
En la cama y la calma de la vida.
Se atraviesan las palabras,
Por qué si nadie espía,
Al fin y al cabo es cosa mía,
De reconocer lo que ya sabía.
Sí, no me salen las palabras,
Porque con hechos están dichas,
Aprecia la tranquilidad de esta vista,
No necesito de otra entrevista.
Entiendo los juicios pero son inútiles,
Porque no hay doble fondo en los matices,
Las cosas son como son con sus cicatrices,
Pero ya sanadas de lo que no me dices.
Entre versos de vestirme deprisa,
Donde se me apaga la sonrisa,
Porque no hay forma de que insista,
Esperar a nunca ser vista.
Ridículo, pues si todo es coherencia,
Que más da cuando es pura la esencia,
No necesita de un teatro para vehemencia,
Aunque la pureza de todo a veces es mensa.
No explicar el argumento,
No querer escribir lo que siento,
La puerta de todo lo que lleva dentro,
Admitido pero no sacado.
Se me devuelve la cara de enfado,
Me quiero quedar en un beso pegado,
No me discutas lo que ya se ha nombrado.
Las letras siempre estuvieron,
Y a ver pensaba que eran tretas,
Es normal, pero pensar que era real pesa,
A veces el tiempo te regala sorpresas.
De ser yo quien pone la mesa,
Me cansa muchísimo pensar en esa,
No entiendo porque todo se espesa.
Pero eso es ilusión no la realeza,
Porque todo lo que no dice la deja despierta,
Y entonces sabes que no caben marionetas,
Porque ya cansa no poder dormir.
Y si me da paz, lo que me la quita no es eso,
Porque al fin y al cabo ya se sabe todo apuesto.
Dejar entonces de cargar un peso,
Porque no puede haber nada más que eso.
Sí las contracturas hablaran del regreso,
El dolor del psoas como un puñal intenso,
El aguacate partido y yo en los huesos,
Es el origen de lo que no muestro.
Porque lo que frena y drena no es verdad,
Son solo historias que no pintan más,
Y aunque lo sepa no es casualidad,
No querer que nadie cargue con lo que hace mal.
Está presente la calma y las ganas,
En eso me enfoco esta mañana.
Porque no me avergüenza para nada,
A veces tan solo estoy cansada.