viernes, 1 de agosto de 2025

Luminaria

El rugido es parte del eco,

Se caen las telas al suelo,

No quiero decirlo, me espero,

A qué me espero si es sincero.


La pausa en la escritura,

Sabía que había una pausa,

Ahí se nota donde está la gracia,

Evitar al amor es una falacia.


Con los ecos de descansar el ego,

Se nota la energía que crema en el suelo,

Cuando quieres dormir y pones peros,

Cuando pesa lo incómodo despacio.


Sí el ritmo lo impone la fantasie,

Dejar ir lo que ya viví,

Sí la mente es consciente es amiga,

Pero no me hables de lo que no siga.


Que me dices entonces mira,

Yo ya me he cansado de estar en ira,

Pues el peso de lo que todo transpira,

En la cama y la calma de la vida.


Se atraviesan las palabras,

Por qué si nadie espía,

Al fin y al cabo es cosa mía,

De reconocer lo que ya sabía.


Sí, no me salen las palabras,

Porque con hechos están dichas,

Aprecia la tranquilidad de esta vista,

No necesito de otra entrevista.


Entiendo los juicios pero son inútiles,

Porque no hay doble fondo en los matices,

Las cosas son como son con sus cicatrices,

Pero ya sanadas de lo que no me dices.


Entre versos de vestirme deprisa,

Donde se me apaga la sonrisa,

Porque no hay forma de que insista,

Esperar a nunca ser vista.


Ridículo, pues si todo es coherencia,

Que más da cuando es pura la esencia,

No necesita de un teatro para vehemencia,

Aunque la pureza de todo a veces es mensa.


No explicar el argumento,

No querer escribir lo que siento,

La puerta de todo lo que lleva dentro,

Admitido pero no sacado.


Se me devuelve la cara de enfado,

Me quiero quedar en un beso pegado,

No me discutas lo que ya se ha nombrado.


Las letras siempre estuvieron,

Y a ver pensaba que eran tretas,

Es normal, pero pensar que era real pesa,

A veces el tiempo te regala sorpresas.


De ser yo quien pone la mesa,

Me cansa muchísimo pensar en esa,

No entiendo porque todo se espesa.


Pero eso es ilusión no la realeza,

Porque todo lo que no dice la deja despierta,

Y entonces sabes que no caben marionetas,

Porque ya cansa no poder dormir.


Y si me da paz, lo que me la quita no es eso,

Porque al fin y al cabo ya se sabe todo apuesto.

Dejar entonces de cargar un peso,

Porque no puede haber nada más que eso.


Sí las contracturas hablaran del regreso,

El dolor del psoas como un puñal intenso,

El aguacate partido y yo en los huesos,

Es el origen de lo que no muestro.


Porque lo que frena y drena no es verdad,

Son solo historias que no pintan más,

Y aunque lo sepa no es casualidad,

No querer que nadie cargue con lo que hace mal.


Está presente la calma y las ganas,

En eso me enfoco esta mañana.

Porque no me avergüenza para nada,

A veces tan solo estoy cansada.